Los que sois padres y madres, sabéis que las comidas de los niños son muchas veces un sufrimiento. Son pocos los padres con hijos pequeños que digan "pues el mío come de maravilla, le pongas lo que le pongas, no deja nada en el plato".
Si eres de esos afortunados padres, enhorabuena. Pero lo más habitual, es encontrarnos con que los más pequeños, si de ellos dependiera, solo comerían patatas fritas, arroz blanco, hamburguesas, macarrones, y poca cosa más, pero eso sí, todo ello regado con litros de ketchup.
Como es imprescindible que los más pequeños tengan una dieta lo más equilibrada y variada posible, aquí os dejamos un sencillo truco para hacer que el pescado, ese alimento que tanto os cuesta hacerles comer, les entre no solo por los ojos, sino también por la boca.
Lo ideal es comenzar a introducir en su dieta el pescado blanco, que es más suave que el pescado azul. Para ello, dejaremos macerar el pescado en una fuente durante veinte minutos, junto con una mezcla de ajo, y perejil picaditos, aceite, y zumo de limón. Si vuestros pequeños son reacios al perejil, porque el color verde les recuerda a la verdura, no os preocupéis, porque pasará completamente desapercibido.
Una vez hayan transcurrido esos veinte minutos, antes de freír el pescado, lo pasaremos por harina, a continuación por huevo batido, y finalmente por pan rallado mezclado con un poco de queso también rallado. Con esta mezcla de aromas y sabores no solo conseguiremos que el pescado nos quede más jugoso, sino que también nos quedará con una textura más crujiente, y con un sabor ideal para el paladar de los más pequeños.
Si ni con esas conseguís que los más pequeños sean capaces de comer pescado, podéis preparar algo más visual, como son unas sencillas brochetas con trocitos de pescado insertados, que podéis o no simultanear con otros ingredientes que sepáis a ciencia cierta que se los van a comer.
Como veis, se trata de unos sencillos consejos de cocina para engatusar a los más pequeños de la casa, y para que de una vez por todas, se coman el pescado sin rechistar.