Comenzaremos con el trabajo más entretenido, y menos gratificante, que es cortar el pan en rodajas finas, para luego picar el pan más fino y que quede en trocitos, es decir, en migajas. Cuanto más finas hagamos las rodajas de pan, mejor saldrán las migas. Esto lo haremos el día de antes, pues debemos dejarlas reposar 24 horas.
Para que las migas reposen de la forma conveniente, las remojaremos el día de antes, con un poco de agua, cuidando que no se formen grumos, por lo que deberemos humedecerlas, evitando que queden inundadas de agua.
El día que vayamos a cocinar las migas, cortamos en tiritas la panceta, y troceamos los chorizos y los ajos. Se cogen estos tres ingredientes, y se fríen en el aceite de oliva. Cuando esté todo frito, se retira del fuego y se le añade un poco de pimentón al aceite.
A continuación se echan las migas y se remueven sin parar, a fuego lento. Cuando estén a medio hacer, se les echan la panceta, los chorizos y los ajos que previamente habíamos frito, y seguimos removiendo sin parar, hasta que queden bien doraditas, momento en el cual, sabremos que tenemos las migas listas para retirar del fuego y servirlas.