Comenzaremos lavando y cortando las ciruelas por la mitad, y quitándoles el hueso. Seguidamente pondremos el azúcar en un cazo amplio, añadiremos medio vaso de agua, un trozo de piel del limón lavada, y la ramita de canela, y lo llevaremos a ebullición, dejándolo cocer así durante tres minutos. A continuación, añadiremos las ciruelas al cazo y las dejaremos cocer durante un minuto, retirando el cazo del fuego a continuación, para que atempere durante un cuarto de hora, antes de introducirlo en el frigorífico y dejarlo ahí durante dos horas.
Lo siguiente que haremos, será picar las galletas, y las mezclaremos con la mantequilla reblandecida, y el cacao en polvo, hasta conseguir una mezcla homogénea. A continuación, extenderemos esta mezcla sobre una bandeja de horno, y la coceremos durante ocho minutos con el horno precalentado a 180° C.
Seguidamente, colocaremos un aro pequeño de repostería sobre un plato, y añadiremos una base de galleta, para que coja su forma. A continuación, retiraremos el aro, y añadiremos encima las ciruelas con un poco del jugo de la cocción, repitiendo esta operación hasta acabar todos los ingredientes.
Una vez listo todo, ya podremos servir nuestras ciruelas confitadas a la mesa, para que las disfruten nuestros comensales.