Comenzaremos descongelando las frutas del bosque en la nevera, si es que las hemos comprado congeladas. Seguidamente, extenderemos la lámina de hojaldre, y cortaremos cuatro círculos de unos diez centímetros de diámetro, ayudándolos para ello con un vaso o una taza. Cortaremos también de esta lámina de hojaldre, cuatro tiras de un centímetro de ancho.
Lo siguiente que haremos, será poner los círculos en una bandeja previamente forrada con papel de horno, pintando los bordes con la yema de huevo batida, y rodeando el borde de los círculos con las tiras que hemos cortado, y que harán las veces de paredes de las tartaletas. Seguidamente, hornearemos las tartaletas durante un cuarto de hora con el horno precalentado a 200° C.
Mientras se nos cuecen las tartaletas, prepararemos la crema, para lo cual, batiremos las yemas de huevo, el azúcar, y la maizena, y lo añadiremos a continuación a la leche, mezclándolo todo bien sin dejar de remover. Cuando veamos que espesa esta crema, y una vez tengamos listas las tartaletas, las rellenaremos con esta mezcla y las dejaremos enfriar durante veinte minutos, antes de añadir por encima las frutas del bosque, y de espolvorearlas con azúcar glas, sirviéndolas a continuación a la mesa.