Comenzaremos cortando las berenjenas en rodajas más bien gruesas, las espolvorearemos con un poco de sal, y las dejaremos reposar sobre papel de cocina absorbente, para que suelten parte de su amargor.
Seguidamente, procederemos a rebozar las berenjenas, para lo cual, pasaremos las rodajas por harina, y luego por los huevos batidos. Seguidamente, las freiremos por tandas en una sartén con abundante aceite caliente, dejándolas que se nos hagan durante dos minutos por cada lado.
Una vez listas las berenjenas, las retiraremos de la sartén, y las dejaremos escurrir sobre papel de cocina absorbente, para que eliminen el exceso de aceite. Seguidamente, pondremos el vino dulce en un cazo, y lo llevaremos a ebullición, dejándolo que cueza, hasta que se nos reduzca a una tercera parte de su volumen.
Finalmente, regaremos las berenjenas con la reducción de vino dulce, espolvorearemos un poco de perejil picado por encima, y las serviremos a la mesa.