Comenzaremos preparando la guarnición para la fondue de queso, para lo cual, le quitaremos la corteza al pan de pueblo (tendrá que ser pan del día anterior), y cortaremos la miga en dados. Seguidamente escurriremos las cebollitas, y los pepinillos en vinagre y los reservaremos.
A continuación, colocaremos el azúcar moreno en un cazo, le añadiremos cuatro cucharadas de agua, y lo calentaremos todo al fuego, hasta conseguir un caramelo. En ese momento, añadiremos las cebollitas, y las dejaremos cocer hasta que nos queden doraditas. Añadiremos una cucharada del vinagre de las cebollitas, y lo dejaremos todo medio minuto más al fuego.
A continuación, lavaremos las patatas, y las coceremos en una olla con agua, durante unos veinte minutos aproximadamente. Las pincharemos con una aguja de cocina, para verificar que están hechas, antes de retirarlas del fuego.
A continuación, rallaremos los quesos gruyere y emmental en un cuenco. Por otra parte, disolveremos la maizena en el aguardiente o en el kirsch.
A continuación cogeremos el diente de ajo, y lo frotaremos por las paredes del interior del recipiente donde vamos a hacer el fondue. Añadiremos el vino blanco en este recipiente, y lo calentaremos al fuego. Seguidamente, añadiremos los quesos rallados poco a poco, removiéndolos constantemente para que no se nos enganchen al recipiente.
Añadiremos también la maizena mezclada con el kirsch o con el aguardiente, y lo sazonaremos con un poco de sal a nuestro gusto.
Seguidamente, colocaremos las cebolletas, las uvas, los pepinillos, el pan de pueblo cortado en dados, y las patatas cocidas en cuatro cuencos, y lo serviremos junto con la fondue de queso, acompañado todo ello, con los palitos de pan.
La forma de saborear esta fondue de queso, consiste en sumergir en él, los trozos de pan, los trozos de patata hervida, las uvas, las cebolletas, los pepinillos, y los bastoncillos de pan, de tal forma que nos queden rebozados de queso.